Sábado 5 de septiembre.
Fin
de semana después de mi primera semana de trabajo.
Llevo
despierto desde las 5 de la mañana, desde mi ventana observo pasar la madrugada,
y creo que soy la única persona despierta: ...no pasan coches por la calle, ...
la acera está desierta de peatones, ... todas las ventanas están apagadas, ...
me siento como ese personaje de ficción que descubre que está solo en el mundo.
No
sé que hacer para pasar estas horas. ... cuando amanezca saldré a dar un paseo
y estirar un poco las piernas, ... quizá coja la bicicleta ahora que el tiempo
acompaña: ya han pasado las terribles calores del verano, y empieza a llegar
las templadas temperaturas del otoño (que empieza a asomar por el horizonte).
La
familia duerme, ... me alegro por ellos, ... aunque a veces me preocupa que
alguno de mis hijos pueda "heredar" esta enfermedad que a mí me
despoja del descanso que ellos disfrutan.
No
soy una persona religiosa, ... pero a veces me veo como su ángel guardián, ...
como que estoy custodiando su sueño para que nadie pueda llegar a hacerles
daño, ... ¡si es así, ... al menos mi desvelos han merecido la pena!.
Bueno,
... diario inquieto, ... anoche "se relajó" mi SPI, ... quizá porque
estuve "activo" hasta casi las 12 de la noche???. Tomé la cantidad
diaria de medicación a las 11 (mas o menos), ... y cuando decidí ir a cama
sobre las doce y media, ... estaba rendido. Creo que la pastilla ya había
realizado su efecto narcótico sobre mi cuerpo, que añadido a la jornada laboral
y la tarde de deporte con mi hijo, ... me hicieron llegar a cama totalmente
rendido.
Casi
no lo creo, ... estoy consiguiendo mi propósito, ... ya llevo 5 días seguidos
escribiendo mis experiencias con el SPI en este diario, ... quizá sea buena
idea, al fin y al cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario